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La información contenida en las patentes facilita la recogida de agua de lluvia en Zambia

Abril de 2017

Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI

El sistema de patentes fomenta la innovación al compensar a los inventores por el tiempo, la energía y el dinero que invierten en idear tecnologías nuevas y mejoradas.  Es importante del mismo modo porque asegura que la información sobre la tecnología se transmite de manera eficaz.

Foto: iStock.com/dave_vall

Parte del trato cuando se solicita una patente para proteger una tecnología nueva es que cada solicitante tiene que decirle al mundo en qué consiste su tecnología y cómo funciona.  En un momento determinado del proceso de patentamiento, esta información se hace pública.  Por lo tanto, cada vez que se concede una patente, aumenta la cantidad de información pública disponible sobre tecnología.  Esta información puede inspirar nuevas invenciones y resulta también extremadamente valiosa como vía para determinar las tecnologías que pueden adaptarse para su utilización en países con pocos recursos.

El conocimiento y la tecnología incorporados en la información contenida en las patentes pueden utilizarse para combatir la pobreza, contribuir al crecimiento económico y crear oportunidades de empleo sin tener que reinventar la rueda.  Aumentar la capacidad de los países menos adelantados (PMA) para acceder a la información pública que contienen las patentes puede facilitar que las comunidades con pocos recursos accedan a las tecnologías que necesitan, mejorando de este modo sus medios de vida de manera significativa.

Ayudar a los países menos adelantados a beneficiarse de la información contenida en las patentes

En un intento de demostrar las ventajas de incrementar el uso de los conocimientos relacionados con la P.I. y de otros conocimientos técnicos en los PMA, la OMPI desarrolló y lanzó recientemente un proyecto piloto en el marco de su Agenda para el Desarrollo.  El proyecto se está poniendo en práctica en tres países: Bangladesh, Nepal y Zambia.  Su objetivo es mostrar el modo en que los gobiernos de los PMA pueden utilizar la información relacionada con la P.I. para determinar y apoyar la transferencia de las tecnologías adecuadas y las ventajas sociales y económicas que pueden derivarse de ello.  En cada país se han identificado dos áreas prioritarias de desarrollo.

El proyecto piloto de recogida de agua desarrollado en Zambia está concebido para demostrar el modo en que las comunidades con pocos recursos pueden utilizar la información contenida en las patentes para acceder a las tecnologías que necesitan para mejorar su seguridad alimentaria y sus medios de vida (foto: Lloyd Tholle).

“La información contenida en las patentes es un recurso inestimable, pero sigue siendo explotado muy por debajo de sus posibilidades como herramienta para combatir algunos de los principales problemas de desarrollo que afrontan los PMA.  Esta iniciativa busca demostrar el valor práctico de esa información para los PMA”, explica Kiflé Shenkoru, director de la División de PMA de la OMPI.

Ese tipo de información se puede utilizar para aumentar la productividad agrícola, por ejemplo.  La falta de seguridad alimentaria es una amenaza constante para los medios de vida de millones de personas que viven en países con pocos recursos.  No obstante, con las capacidades y los medios para acceder, gestionar y utilizar la información que ofrece la P.I. y otro tipo de información técnica en el área de la producción alimentaria, estos países pueden incrementar el rendimiento mediante mejores prácticas de gestión del suelo, irrigación y cultivo.

Aprovechar la P.I. para recoger el agua de lluvia

El programa de recogida de agua de lluvia desarrollado en Zambia en el marco del proyecto piloto de la Agenda para el Desarrollo ilustra el enorme margen de maniobra existente para mejorar la vida de las comunidades rurales.  En colaboración con una serie de actores nacionales, se determinó que la recogida de aguas y su depuración eran cuestiones prioritarias para el proyecto en Zambia.  El proyecto de depuración está a la espera de ser puesto en práctica, pero su potencial es importante para la reducción de las enfermedades debilitantes y letales que se transmiten por el agua.

El sector agrícola del país, integrado principalmente por pequeños productores, es el pilar de la economía nacional, pero los niveles de productividad se ven seriamente limitados por la falta de irrigación eficaz y de sistemas de depósito de agua.  En la actualidad, por lo general la actividad agrícola solo se desarrolla durante la estación de lluvias y poco después, de octubre a abril.  La actividad prácticamente se detiene durante la estación seca, especialmente en las regiones más altas, debido a la escasez de agua.  A pesar de que el nivel de precipitaciones anuales es razonable (entre 800mm y 1.000mm) y de la abundancia de recursos hídricos subterráneos y de superficie, muchas comunidades siguen sufriendo un problema severo de escasez de agua debido a unas instalaciones de depósito de agua deficientes.  El resultado suele ser el hambre generalizada.

“El proyecto de recogida de agua está influyendo muy positivamente
en las vidas de los miembros de la comunidad”, dice el gran jefe
Simamba XI (arriba).  “Nuestros agricultores pueden ahora desarrollar
cultivos y pueden alimentar a sus familias y animales durante la
estación seca.  Estamos pensando incluso en comenzar a utilizar
nuestro suministro de agua para la piscicultura” (foto: Lloyd Tholle).

¿Qué ocurriría si los pequeños productores pudieran recoger la gran cantidad de litros de lluvia que caen cada año?  “Si fuera recogida con eficacia, esta agua de lluvia podría contribuir en gran medida a aumentar la productividad en el sector agrícola, mejorando los medios de vida de millones de agricultores a pequeña escala”, dice Allan Phiri, uno de los expertos nacionales que trabaja en el proyecto.  Sin embargo, la práctica de la recogida de agua de lluvia en Zambia no está generalizada, y cuando ocurre por lo general se hace de manera inadecuada e ineficiente.

La implementación del proyecto es responsabilidad de un Grupo Nacional de Expertos (GNE) de múltiples partes interesadas formado por altos funcionarios gubernamentales, así como por representantes del mundo de la empresa (incluido el Sr. Phiri), el mundo académico y las agencias de desarrollo.  La función del GNE es seleccionar una o varias tecnologías adecuadas para mejorar la recogida de agua de lluvia en Zambia, con el objetivo de preparar un plan operativo para su aplicación y uso, y para determinar las fuentes de financiación y los sistemas de producción.

Con el apoyo de las Comisiones de Distrito y el jefe local, el proyecto se puso en marcha en un primer momento en el área de Simbamba Village, en Siavonga (Provincia del Sur de Zambia), una zona afectada por la sequía.  Se formó un comité local con participación de funcionarios del gobierno local, ONGs locales, representantes de la comunidad y agricultores.  El comité trabajó en estrecha colaboración con los expertos nacionales del proyecto, y sigue desempeñando un rol fundamental en la aplicación práctica del proyecto.

Una evaluación de las condiciones locales y de las prácticas existentes de recogida de aguas reveló que las fugas y la evaporación de agua causan importantes pérdidas hídricas en los sistemas de depósito tradicionales.

Una vez que el GNE identificó y evaluó las necesidades específicas de la comunidad, la OMPI puso en marcha una búsqueda internacional de tecnologías de depósito de agua de última generación.  El objetivo era identificar las tecnologías que “ayudaran a los agricultores que viven en terrenos más elevados a desarrollar actividades de irrigación incluso durante la estación seca y a tener unos ingresos a lo largo del año”, afirma el Sr. Phiri.

La búsqueda realizada por la OMPI dio como resultado 28 tecnologías patentadas, cada una de ellas con el potencial de garantizar un suministro continuo de agua.  Cada una de estas tecnologías fue evaluada para determinar su idoneidad con miras a su adopción a nivel local.  Los expertos nacionales tenían claro que “la tecnología escogida debería ser fácil de adoptar, sencilla en su diseño y barata de producir", señala el Sr. Phiri.  El empleo de materiales disponibles a nivel local fue otro factor importante, ya que ayudará a garantizar la asequibilidad de la tecnología y una amplia aceptación.  Sin perder de vista estos factores, la tecnología seleccionada por el GNE se adaptó a las necesidades de la comunidad.  Esto implicó principalmente la sustitución de los elementos tecnológicos más caros por materiales disponibles a nivel local.

Las fugas y la evaporación de agua causan importantes pérdidas hídricas en los sistemas tradicionales de depósito que emplean las comunidades en el área de Simamba Village, en Zambia (foto: iStock.com/Robert_Ford).

“Cuando empiece a utilizarse, la tecnología permitirá a los agricultores en grupos de 10 familias (unas 60 personas) cultivar verduras y otros productos en parcelas de tierra de un “lima” (una superficie de 50m x 50m)”, explica el Sr. Phiri.  La idea es que cada familia tenga en propiedad un tanque con una capacidad de 10.000 litros para recoger y almacenar el agua de lluvia durante la estación de lluvias.  “La tecnología propuesta no se ha utilizado nunca en Zambia.  En cuanto el prototipo se haya implantado con éxito, esperamos que esta tecnología se aplique y se divulgue de manera rápida y generalizada”, indica el Sr. Phiri.

Una solución de titularidad local

La gestión diaria de los tanques queda en manos de la comunidad, bajo la supervisión del jefe o responsable, explica el Sr. Phiri.  La titularidad del proyecto por parte de la comunidad local es clave para sus sostenibilidad y éxito a largo plazo.  "Según nuestros cálculos, el proyecto generará una tasa de rentabilidad superior al 30 por ciento.  Esto supondrá una gran diferencia para las vidas de estos jefes de familia”, dice el Sr. Shenkoru.  Está de acuerdo con ello el Sr. Phiri, quien destaca que además de incrementar los ingresos rurales, el proyecto generará empleo, aliviará la pobreza y mejorará la seguridad alimentaria.

“Cuando la gente de la OMPI vino por primera vez a nuestra comunidad, éramos bastante escépticos porque nos habían engañado en el pasado, pero el proyecto de recogida de agua está influyendo muy positivamente en las vidas de los miembros de la comunidad.  Nuestros agricultores pueden explotar cultivos y alimentar a sus familias y animales durante la estación seca.  Estamos pensando incluso en empezar a utilizar nuestro suministro de agua para la piscicultura”, dice el gran jefe Simamba XI.

La adopción más generalizada de la tecnología depende de que se consigan los fondos necesarios para reproducir el proyecto en otras comunidades.  Es algo que llevará tiempo, pero el valor de este esfuerzo va mucho más allá de las ventajas directas para los jefes de familia del área de Simamba Village.

“Este fue un proyecto muy importante desde el punto de vista educativo”, afirma Lloyd Thole, antiguo registrador adjunto del Organismo de Registro de Patentes y Empresas de Zambia (PACRA).  “Es una prueba clara de la importancia de las patentes y las tecnologías, y de su utilización en la puesta en práctica de distintos tipos de proyectos en el mundo en desarrollo. No es necesario reinventar la rueda porque las tecnologías ya están disponibles.  Lo único que se necesita es transferirlas y adaptarlas al contexto local”.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.